lunes, 11 de marzo de 2013

Días como aquel...



Veintisiete de diciembre de dos mil once.


Levantarse muy temprano a veces tiene su recompensa, quizás aquello de que "al que madruga, Dios le ayuda" tenga parte de razón. 

Hoy, ha sido uno de los días más importantes de mi vida, por muy raro que parezca. 

Justamente porque hoy he sentido que, aunque sea una pequeña parte de la vida de alguien, ha dependido de mis manos.

Hoy, he sentido la adrenalina de cuando se secciona una yugular y la alegría de cuando se para la hemorragia.

Hoy, me he sentido importante en un momento, para una persona, mientras empuñaba el bisturí eléctrico, las tijeras o la grapadora...

Hoy, seguramente habré sido prescindible, pero me han dejado ser útil.

Hoy, no me ha importado pasar cinco horas de pie en un quirófano, porque ver el resultado positivo de algo a lo que has contribuído no se puede explicar con palabras ni pagar con dinero.

Por todo esto y todo lo que quedará para siempre en mi corazón y en mi retina, 

Gracias.


Esto lo escribí hace ya más de un año y aún recuerdo como si fuera ayer mi alegría y mis nervios, tantos que cuando no tenía la mente ocupada en el bisturí de coagulación, éste temblaba entre mis dedos... 

 

Laringectomía total con doble vaciamiento cervical, servicio de Otorrinolaringología del Hospital Insular de Las Palmas de Gran Canaria. Sin lugar a dudas, una de las experiencias más bonitas de mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario