La definición de “paciente” en mi
diccionario personal es: aquella persona que necesita de tu ciencia, pero también
de tu humanidad.
Por ello, tanto en mi vida
profesional como personal, me propongo ser humana, tratar a los pacientes como
iguales, comprender su dolor, su miedo y su indecisión.
Me propongo seguir
ofreciendo mi mano sin pensar que caigo en el paternalismo,
seguir creyendo que
una sonrisa puede hacer mayor bien que un antidepresivo
y un buen consejo más
que el mejor ansiolítico.
Tengo claro que no habrá
tratamiento completo si no soy capaz de ponerme en la piel de mi paciente.
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