Cuando empecé Medicina pensaba
que me estaba perdiendo a mí misma; ya no tenía tiempo para dedicar a todo
aquello que me definía, me apasionaba y me diferenciaba previamente.
Sin embargo, me he dado cuenta de que esta, que es una carrera de fondo, te enseña a diferenciar para quién eres importante (porque te
esperará, no importa cuánto) y, también, lo que es importante para ti (aquello
que no dejarías nunca aunque tuvieses el mayor de los exámenes mañana
mismo).
Irónicamente, te enseña a establecer prioridades y a conocerte a ti
mismo.
Ahora, unos cuantos años más tarde, sé que no sólo puedo recuperar quién era, sino que además he crecido en experiencia y conocimientos.
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